Claves del Problema y de su Solución




A.- ¿Quiénes somos ?

  


         Proyecto Roble es una iniciativa que nace para crear y poner en práctica nuevas ideas que contribuyan a solucionar la problemática de los incendios forestales en Asturias, de un modo sostenible y procurando mejorar la situación socioeconómica de la población rural.

Entendemos que no se están aplicando las medidas adecuadas para corregir la preocupante situación de los fuegos en Asturias. Según la Fiscalía de Medio Ambiente, sabemos que más del 80% de los incendios son provocados para regenerar los pastos, por lo que es aquí donde hay que centrar los esfuerzos si queremos solucionar el problema de verdad. A pesar del importante incremento de los recursos dedicados a este fin en los 2000 –la mayor parte en extinción–, seguimos sin conseguir corregir la tendencia ascendente en la evolución de estos siniestros que afecta a un promedio anual de 10000 Has.

Tendencia de la superficie afectada anualmente para el período 1990-2015




      Aunque venimos realizando diversas actividades como desbroces y repoblaciones con frondosas desde el año 2011, la Asociación se funda en el 2013, convencidos de la necesidad de abordar esta problemática con nuevas medidas. Esperamos que nuestra actividad induzca a la Administración del Principado a cambiar el rumbo en la lucha contra esta lacra y, llegado el momento, poder compartir el conocimiento adquirido.


     El grupo está compuesto por personas de distintas sensibilidades: desde ganaderos que están dispuestos a modificar sus modos de uso de los montes públicos y hacerlos más racionales y sostenibles, hasta gente sin ningún vínculo directo con el campo que, sensibles al importante deterioro ambiental que se está produciendo en muchos de nuestros montes, ven necesario introducir importantes modificaciones en la forma de gestionar estos espacios.



           Miembros del grupo tras un desbroce en una zona degradada 
                                         por los reiterados incendios.



A pesar de la heterogeneidad del grupo, todos sus miembros comparten un objetivo común: alcanzar un aprovechamiento pastoral más racional y sostenible que el actual, que garantice la conservación de los valores ecológicos de nuestros montes, y mantenga o mejore el potencial de éstos para generar los distintos bienes y servicios que le son propios: pasto, leña, madera, frutos, regulación hídrica, mantenimiento de la biodiversidad, fijación de CO2, recreo y un largo etcétera.








B.- Las claves del problema de los incendios en Asturias

El aprovechamiento tradicional de los pastos en Astu­rias se ha mantenido en equili­brio con el medio desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, en las últimas décadas, los cambios producidos tanto en la sociedad como en los métodos de producción, han provocado una transformación de esta ancestral forma de aprovechamiento, que la hace insostenible, por lo que, entre todos, debemos colaborar en adaptarlo a nuestros días.





Algunas de las causas más importantes que han provocado estos cambios han sido: el abandono de los pueblos por la emigración  a la ciudad, la adopción de normativas medio­ambientales de obligado cumpli­miento o la entrada de España en la UE.

 
La proliferación del matorral, causa principal de la mayoría de los incendios, se ha ido produ­ciendo al disminuir la presión que ejercía la actividad humana sobre el medio, con un uso más intenso y dis­tinto al actual. La po­blación rural era mucho mayor y los medios de producción y las limitaciones legales también eran distintas: se rozaba mato­rral para las ca­mas del ganado; se plan­taba con maíz o patatas ciertas zonas de monte, obligados por la ham­bruna de la pos­guerra; no estaban prohibidas las quemas que evitaban grandes acumula­ciones de matorral, realizándose nor­malmente de acuerdo a costumbres con las que se procuraba no dañar el terreno; y había más cabras y ove­jas que ahora, que controlaban el matorral mucho mejor a como lo hacen las vacas.

Ante la expansión del matorral, con un medio rural despoblado, poca reciella (rebaños de cabra y oveja) para controlarlo y con la actividad ganadera configurada por una Polí­tica Agraria Común (PAC) que fomenta la acumulación de bovino para hacer rentables las explotaciones, nos encontramos con po­cos ganaderos, muy ocupados con su numeroso rebaño y, lógicamente, con muy poco tiempo para atender el monte público que utilizan.

Por otro lado, las necesidades reales de des­broces requerirían una gran inversión de fondos públi­cos,  por lo que la Administración sólo alcanza a aten­der una ínfima parte. En consecuencia,  las quemas ilegales suelen ser el método más utilizado para mantener los pastizales accesibles. Estas quemas clandesti­nas, con frecuencia, como ya hemos señalado, se convierten en grandes incendios descontrolados al con­centrarse en el tiempo –se suele aprove­char los días con buen tiempo de final del invierno– y desbordar así la capacidad de los me­dios de extinción, repre­sentando el 83% de los incendios forestales que afectan a la región según la Fiscalía de Medio Ambiente.


Mapa de recurrencia de incendios. Asturias presenta numerosas 
cuadrículas de 10 x 10 Km con más de 100 incendios cada 10 años.

La alta recurrencia de los fuegos –un pastizal despejado por fuego o des­broce, pasa­dos 3-5 años vuelve a requerir una nueva lim­pia–, acarrea nefastas conse­cuencias medio­ambientales: pérdida y empobre­cimiento del suelo, desregula­ción hídrica con su reper­cusión en las riadas, disminución de la biodiversidad, mayores emisiones y menor fijación de CO2, entre otras.


   Cenizas de un incendio en Cuerres de Llenín (C.Onís) arrastradas por la lluvia.

También tiene importantes repercu­sio­nes so­cioeconómicas: constituye un obstáculo  para el desa­rrollo de otras actividades que podrían complementar y diversificar las rentas en los pueblos; supone un elevado gasto en extinción y prevención de incendios;  acarrea daños en infraestruc­turas agrarias y animales que, a menudo, son fuente de conflictos entre los vecinos, etc.

Por todo esto, creemos que debemos iniciar cuanto antes los cambios necesarios que nos lleven a conseguir una nueva forma de pasto­rear nuestros montes públicos, aprovechando las ven­tajas tecnológicas que nos ayudaron a dignificar los trabajos del campo, pero respetando y conservando los valores y las potencialidades que atesora el monte, como lo hicieron nuestros abuelos.




C.- Nociones de dinámica de pastizales para entender mejor las posibles soluciones

Sabemos que entre los animales y vegetales que ocupan un lugar existe una competencia entre sus individuos por los diferentes recursos (alimento, refu­gio, etc). Los vegetales necesitan la luz solar para hacer asimilables, a través de la fotosíntesis, las sales minerales que absorben por sus raíces y que les sirven de alimento. Las distintas especies han evolucionado y adoptado diferentes estrategias con las que obtener la luz mejor que sus competidores. Una de esas estrate­gias consiste en crecer más alto; así, los matorrales dominan a las herbáceas (pasto) en esta batalla por la luz, y éstos son dominados por los árboles.

           
Pisos arbóreo, arbustivo y herbáceo.
                                                        

Para mantener un pastizal (lugar ocupado por herbáceas aprovechadas a diente) sin que sea domi­nado por el matorral, tendremos que estar ayudán­dole permanentemente, salvo en alguna excepción como veremos en el siguiente apartado, o en los pastos alpinos debido al clima, pero que en nuestra región represen­tan una parte muy pequeña. ¿Cómo ayuda­mos al pasto frente al matorral? Básicamente eliminándolo con desbro­ces y fuego o manteniendo una carga adecuada de herbívoros. ¿Cómo actúa el ganado en esta lucha en la que ganaría el matorral al pasto? Las especies herbáceas más apetecidas por el ganado, que llamamos pasto, han ad­quirido ciertas adaptaciones como la resistencia al pisoteo, la mejor respuesta al corte al ser pacidas o una mejor tole­rancia a los excrementos, que no las poseen estos matorrales (brezos y tojos), por lo que les confiere una ventaja res­pecto a ellos.

Así, cuanta mayor cantidad de ganado mejor, hasta cierto límite, a par­tir del cual el pastizal se de­grada por sobrepastoreo. Por el contrario, a me­dida que la cantidad de ganado baja del punto óptimo, el control sobre el mato­rral va disminuyendo, lo que se conoce por infrapastoreo (pocas cabezas de ga­nado por hectárea), y el pastizal co­mienza a ser progresivamente invadido por el matorral.

        
Pastizal matorralizado.
  

El problema de la matorraliza­ción que sufren en la actualidad los montes asturianos, está provocado por la baja carga ganadera o infrapastoreo y por la ausencia de la presión que ejercía el hombre cuando había más gente en los pueblos y eran otros los usos.




D.-  Necesidad de buscar otras alternativas. La propuesta silvopastoral

Las dos soluciones empleadas por la Admi­nistración para evitar la matorralización son los des­broces y las quemas controladas. Debido a su elevado coste, la superficie anualmente tratada por ambos métodos, queda muy por debajo de las necesidades regionales.

Despejar una hectárea a través de quemas controladas es más barato que su desbroce, pero con­lleva unos gastos (limpia del perímetro, ejecución de la quema respetando la normativa, etc.), que, al igual que los desbroces, hace que tampoco se puedan asumir  por su elevado coste.

         
Quema controlada en Ribadesella. El desbroce perimetral de
protección representa aprox. el 40% de la superficie que
se va a quemar.
                                       
Por otro lado, aunque estas quemas se hagan con las debidas precauciones para no dañar el suelo, unas quemas generalizadas y periódicas para atender toda la demanda de pasto, producirían igualmente grandes alteraciones sobre los suelos silíceos, presen­tes en la mayor parte de los pastizales, que conducirían a una disminución de su fertilidad. Además de estas afecciones a los suelos, también se producirían im­portantes alteraciones y daños sobre la vida silvestre. 

Desde Proyecto Roble, enten­demos que hay dos aspectos clave sobre los que se debe actuar para abordar esta problemática. Por un lado, creemos que los desbroces o quemas controladas, deberán ir acom­pañados de otras actua­ciones sos­tenibles y de coste asumible, que eviten la rápida invasión del matorral, retrasan­do todo lo posible o, incluso, evi­tando la mato­rralización. La idea sería no te­ner que repetir estas costosas interven­ciones; es decir, hacer un “único pago” económico y ambiental por cada super­ficie tratada.

Por otro lado, si como hemos di­cho, una de las causas más importantes de la matorralización es el infrapasto­reo, no queda más remedio que abordar cuanto antes la complicada e inevitable tarea  de adecuar las cargas ganaderas y regular mejor su manejo e, intentar cambiar entre todos, algunos hábitos indivi­dua­listas instalados en los últi­mos años, por una mayor colaboración y coordinación en el uso de estos espacios públicos frágiles, de modo que se consiga mante­ner el poten­cial del monte para generar este impor­tante recurso como es el pasto.

Una de las alternativas que lle­vamos ensa­yando en Pro­yecto Roble, es la transfor­mación de estos pastizales degradados por los re­iterados incen­dios por otros de mayor estabili­dad ecológica, como son los sis­temas silvopastorales. En estas asocia­ciones vegetales cohabitan el pasto y los árbo­les sin matorral (corresponden con la excepción referida en el apartado anterior), ya que el arbolado compite por la luz con el mato­rral dificultando su desarrollo, por lo que no son nece­sarias actua­ciones de control del matorral como que­mas y desbroces. El pasto es la prin­cipal fuente de comida para el ganado, mientras que el arbolado pro­porciona refugio y algo de ali­mento con sus bellotas (los pastizales tratados son re­poblados con roble rebo­llo).

        
Ganado pastando en un robledal con baja densidad de arbolado
en Celorio (C.Onís).



          Esta alternativa no es la solución definitiva al problema de los incendios y debe ser complementada con otras medidas. Sin embargo, pensamos que debe ponerse en práctica, pues contribuirá a una importante disminución de la superficie incendiada y supondrá el modo más racional, ético y sostenible de aprovechamiento pastoral, ya que satisface las necesidades de pasto sin representar una carga econó­mica y me­dio­ambiental in­asumible para la socie­dad. Además, proporciona los bienes y servicios pro­pios de los bosques.


E. ¿Cómo puedes colaborar con el proyecto?

          Algunos de los trabajos que rea­lizamos en la Asociación son desbro­ces, repoblaciones a baja densi­dad con robles, cierres temporales para mantener la carga ganadera adecuada que controle el matorral hasta que crezca el arbolado, cultivo de planta a partir de semillas de la zona, así como charlas y diversas actividades de información y concien­ciación.


        
Labores de recogida de broza en El Pedroso (Onís).

                                  
Los gastos, que se dedican ex­clusi­vamente a la compra del material necesario para realizar las activida­des, los costeamos con las aportaciones de los socios.

        
Actuación en el Pedroso (Onís). Desbroce con plantación y
cierre temporal para mantener la carga adecuada.
                      
Te animamos a que participes en el proyecto de la forma que desees, bien colaborando en alguna de las numero­sas actividades que realizamos en el monte, apadrinando un árbol, haciéndote socio, o aportando las ideas que consi­deres interesantes, para lo que dispo­nes de un espacio abierto permanen­temente a la re­flexión y el debate en la pestaña “Lugar de en­cuentro” de este blog.

       Este año 2014, por primera vez, ofrecemos la posibilidad de apadrinar una planta de roble. El colaborador se la lleva a casa, la cuida durante 1 o 2 años (según su tamaño) y la trasplanta en el monte junto con las de otros colaboradores el día que mejor le venga de los propuestos para la campaña de repoblación. La planta será monitoreada durante 5 años, reco­giéndose información de sus me­didas, cre­cimiento, estado general, fotografías y cual­quier otra circunstancia intere­sante. Esta información será publicada en este blog. 

         El coste de cada planta es de 3 euros. La planta que se quiera apadrinar se podrá adquirir en alguna de las Ferias a las que asistimos o recogiéndola de nuestro vivero en Toraño (Parres), previa llamada al:                 660 89 84 65.


Primera salida a recoger planta en Diciembre de 2011 (Arriondas).


Los gastos totales de cada actua­ción se deta­llarán en este blog, así como la aportación de cada colaborador a través de esta experiencia de apadri­namiento.



El próximo 26 de octubre de 2014 estaremos en el Certamen del Quesu Gamoneu en Onís en una actividad de apadrinamiento de planta de roble.







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